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Porqué nuestro chico piensa en el sexo con escorts

El sexo es, sin lugar a dudas, una de las partes más importantes dentro de una relación de pareja. Podemos seguir fingiendo que el amor lo es todo y todo lo puede, incluso cuando las relaciones sexuales no son satisfactorias, pero el problema no tardará en llegar si es así. El sexo es, en muchas ocasiones, el pegamento que mantiene unida a una pareja. La lucha en la que ambos se enfrentan, se desbordan y al final salen ganando, fortalecidos. El sexo es lo que hace que los problemas sean menos serios, y que las buenas noticias se disfruten aún más. Por eso es normal que ambas personas dentro de la pareja piensen en el sexo, y lo tengan como algo esencial. No estamos hablando de una obsesión que impida que todo lo demás sea importante, pero sí de darle su  lugar al placer, porque lo tiene.

En muchas relaciones, cuando el sexo falla, todo lo demás comienza a venirse abajo poco a poco. Al ser un pilar fundamental para el correcto funcionamiento de la relación, cuando el sexo no va bien, todo lo demás parece volverse también peor. Y es entonces cuando el chico o la chica empiezan a buscar alternativas. Tal vez no para dejar la relación, pero sí para disfrutar de ese sexo que ya no es lo mismo. ¿Es posible separar ambas cosas? ¿Podemos estar en una pareja con alguien que prefiere tener sexo con otras personas, pero que sabemos que nos quiere con toda su alma? Es algo complejo, desde luego, aunque las relaciones abiertas ya están mucho más normalizadas, por fortuna. Sin embargo, cuando una chica ve que su novio se fija en otras, lo primero que suele ocurrir es que se pone celosa. Es algo natural porque también ocurre al contrario, pero no se llega al fondo del problema. ¿Qué es lo que ese chico ha visto en la otra? ¿Belleza, pasión, morbo? Hay ocasiones en las que los chicos se fijan y fantasean con escorts, algo que muchas novias no entienden. Pero como vamos a ver aquí, es lo más normal del mundo.

Las profesionales del sexo, una gran fantasía

La prostitución es un negocio que, nos guste más o nos guste menos, ha existido desde siempre, y seguramente siga existiendo mientras haya raza humana. Porque habrá hombres dispuestos a pagar por acostarse con una chica, y mujeres dispuestas a cobrar por  hacerlo con esos hombres. Por pasión, por pura necesidad, por cualquier motivo. Las escorts siempre han sido estigmatizadas por su trabajo, por el empleo y la función que desempeñan. Las han tildado de brujas, de perversas y mujeres poco decentes. Sin embargo, detrás de todo eso había una campaña movida por la envidia y la imposibilidad de controlar a esas mujeres. Algo  parecido a lo que sigue ocurriendo hoy en día.

Las profesionales del sexo destacan en la entrega y la pasión, dos cosas que a todos nos gustan, seamos hombres o mujeres. Los chicos, además, vienen de una tradición en la que estar con  una escort era lo más normal del mundo. Irse de putas, incluso con sus propios familiares, era algo no demasiado extraño, y así la tradición ha continuado hasta nuestros días. Muchos hombres fantasean con tener a una escort junto a él para poder disfrutar de esas fantasías y servicios que obviamente su chica no puede hacer realidad para ellos. Y es ahí donde está el quid de la cuestión. Las escorts les ponen cachondos, les dan mucho morbo, porque nunca se niegan a nada en la cama y se atreven con todo.

Cómo saber si tu chico se ve con escorts

Esta es una de las grandes dudas de muchas mujeres. Algunas, incluso las más confiadas, siempre tienen esa espina clavada, porque saben que para muchos hombres, lo de ir de putas es bastante habitual. ¿Es el chico con el que estamos tal y como pensamos que es? ¿Nos oculta cosas? Es complicado saberlo si no hay verdadera comunicación en  la pareja, e incluso habiéndola, es cierto que muchas veces nos guardamos cosas para nosotros mismos. Si has dejado claro que no aceptarías una infidelidad, o has mostrado tu evidente enfado ante la situación de las escorts, el chico al menos no se lo puede tomar por sorpresa si algún día le descubres con una.

Hay ciertas cosas que nos pueden hacer sospechar. Por ejemplo, el verlo más nervioso de lo habitual, o el encontrar extractos extraños y elevados en la tarjeta de crédito. Si tenemos acceso a su historial de búsquedas en Internet, podemos rastrearlo  para dar con las páginas que utiliza para encontrar a esas escorts. El hecho de que se haya mostrado ofuscado por no tener tanto sexo como antes y que de pronto vuelva a estar “normal”, también puede ser una señal de infidelidad. Salidas a horas extrañas, días que se queda en el trabajo hasta tarde, llamadas que no contesta cuando está fuera de casas… Hay muchas señales, aunque evidentemente, no todas confirman que se esté viendo con escorts.

Qué ven en ellas

Las escorts profesionales viven de su cuerpo, de su belleza y de su pasión, tres cosas que suelen llamar la atención de los hombres. Para estar perfectas y sobresalir en un negocio tan competitivo, estas chicas suelen cuidarse mucho y estar siempre espectaculares y despampanantes. Es normal, por tanto, que cualquier hombre se fije en ellas, porque resaltan por su sensualidad, llegando a utilizarla incluso como arma para convencernos de caer en la tentación. Son explosivas, son muy ardientes y por supuesto, capaces de hacer realidad fantasías que las chicas ni siquiera conocen. Por eso es normal que un hombre quiera disfrutar de la compañía de estas escorts.

Un grave obstáculo en la pareja

Es lógico, como decimos, que sientan atracción por una amante profesional, o por el propio concepto de la prostituta. Es una mujer con mucha experiencia y capaz de saciarles en cosas que sus parejas no consiguen. Por eso todos tienen, en ocasiones, esa espinita clavada, la de disfrutar con una escort, si no lo han hecho antes, cuando estaban sin pareja. Es algo que seguramente jamás confiesen, porque la mayoría de mujeres consideraría solo eso  ya como una afrenta, un motivo incluso de ruptura. Si tu chico está obsesionado con las escorts, si piensa más en ellas que en vosotros, tal vez sea el momento de mostrarle la puerta para que pueda hacer lo que quiera. Es un obstáculo que puede ser complejo de superar, pero lo mejor, como siempre, es hablarlo, y por supuesto, dejarnos llevar también por el sexo, demostrándole que no necesita buscar a otra.